viernes, 13 de septiembre de 2013

19.Mi aventura de un día

Puf...ya sonaba el despertador. Daba palo levantarse pero lo tenía que hacer sí o sí. Me canvié, desayuné y fui caminando hasta casa de mi prima de mi misma edad, Bruna. Éramos mejores amigas inseparables desde que nacimos. Yo pasaba cada mañana por su casa para ir juntas hasta la parada del bus que nos llevaba al instituto. Íbamos caminando tan tranquilas hasta que vimos que habíamos perdido el bus. Empezamos a correr hasta que paró a nuestro lado un taxi completamente blanco que ponía que hacía trayectos gratis. Así que subimos y le dijimos que nos llevara hasta el instituto.
El taxi paró y salimos de él. ¿Dónde estabamos?Eso no era el instituto. Había mucha gente de nuestra edad más o menos. Pero era rarísimo, todos los colores de las cosas como los conocemos estaban del revés. Arboles con el tronco verde y hojas marrones, el cielo blanco con nubes azules... Y la gente también, tenían la piel del color del pelo, y el pelo del color de la piel. ¡Hasta nosotras habíamos cambiado de color! Todos llevaban un uniforme completamente blanco y mochila verde. Nosotras también. Nos dimos cuenta de que era un instituto, así que nos dirijimos hacia una clase donde había gente de nuestra edad, 3ro 2.
Vino una profesora y anunció que podíamos empezar a "cotorrear". Todos empezaron a hablar, entre ellos, de cualquier tema. Nos dijieron que era la clase de "cotorreo" solo se trataba de hablar. Así conocimos a tres chicas muy amigas: Aluap, Aidualc y Aerdna. Nos pusimos a pensar y eran nombres normales al revés: Paula, Cláudia y Andrea. Así que también dijimos nuestros nombres invertidos: Anurb y Aira.
La siguiente clase era la la de Televisón.  Se trataba de mirar la tele. Allí vimos la película de A tres metros bajo tierra.
La última clase era la de fotografía. Había que hacerse fotos para colgarlas en las redes sociales, hoy tocaba, en Instagram.
Cuando todos ya se iban a sus casas volvió a aparecer el taxi blanco que nos devolvió a nuestro pueblo normal. Eran las ocho de la noche y Bruna se fue a su casa y yo a la mía. Fue un día agotador...

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