jueves, 28 de febrero de 2013

Mi objeto favorito

Mi objeto favorito son las pulseras. Me encantan y sé que ellas sienten lo mismo. Cuando me las pongo me acarician la piel como si me demostraran que les gusta estar en mis muñecas. Tengo de muchos colores, ya que a ellas no les gusta que haya una igual, quieren ser todas diferentes y únicas, sino se enfadan y en vez de acariciarme la piel, cuando me las pongo, entre cuenta y cuenta me cogen la piel y me la pellizcan. Me siento libre y como si todos me miraran las pulseras, y seguro que ellas se sienten especiales y como superestrellas cuando las miran. Me encanta cuando se mueven por mi brazo porque me van un poco grandes, es una sensación agradable, aunque si me van grandes y eso a veces se me caen de las muñecas y las tengo que coger. Se ponen tristes cuando me voy a dormir, porque entonces me las tengo que quitar, porque sino me las clavo y me queda la marca luego.
Y bueno, ¡mis pulseras son mi objeto favorito!

Entrevista a Mario Vargas Llosa

-Hola, Mario. ¿Cómo estas?
-Muy bien, gracias.
-Expilicanos algo de tu vida.
-Bien, he nacido en Perú, aunque tengo nacionalidad peruana y española. He ganado un premio Nobel de literatura en 2010 y tengo muchas obras famosas en todo el mundo.
-Cuéntanos algo sobre ese premio Nobel. ¿Cómo te sentiste cuando te dijeron que lo ganaste?
-Muy feliz, la verdad, no me lo esperaba.
-¿Y sobre tus obras? ¿Cuáles son las más famosas?
-Mis obras más populares son, sin duda, La guerra del fin del mundo, Los jefes, mi primera obra, y mi primera novela, La ciudad y los perros.
-A ti, ¿Qué obras te gustan más, de las que has escrito?
-Mi autobiografía, El pez en el agua, me siento muy orgullosa de ella.
-¿Hay alguna cosa en especial que te guste hacer?
-Me gusta mucho el fútbol, es mi deporte favorito. De hecho, en el Mundial de España 1982 ejercí de comentarista deportivo.
-Muchas gracias Mario, por concedernos esta entrevista contigo.
-No hay de que. Gracias a vosotros.

miércoles, 13 de febrero de 2013

¿Qué hacer para no aburrirse en el instituto?

Aquí pongo 7 ideas para pasárselo bien y no aburrirse en el instituto, bueno son más bien gamberradas, pero con ellas no te aburres... 

1. Puedes ir a las taquillas, y con una tiza empezar a dibujar sobre ellas, o poner los nombres de quien son las taquillas.

2. Otra idea es ir a la biblioteca y allí en medio empezar a gritar, con un amigo discutiendo, o leer en voz muy alta un libro.

3. También puedes, a la hora del patio, en la pista de fútbol, empezar a animar a tu equipo favorito como las animadoras de verdad, con pompones, y haciendo rimas.

4. En el pasillo, cuando te cruces a un profesor que no conoces, puedes empezar a hablarle con acento mejicano o francés, diciéndole que eres nuevo e inventándote un nombre falso. Le puedes preguntar como se va a una clase o cosas así...

5. En una clase se pueden hacer manualidades. Con hojas de libreta puedes hacer papiroflexia o dibujos, como prefieras.

6. Puedes preguntarle a la mujer o el hombre de secretaria (suelen ser...viejos), en la hora del patio o en algún momento libre, que como le va su vida, haciendo como si esperaras a alguien o algo y hablándole tú también como si lo/la conocieras de toda la vida.  

7. Cuando esperes entre clase y clase a que venga un profesor, puedes coger el borrador de la pizzara (que suele estar lleno de tiza) y entonces, darle en la espalda de un compañero, en la ropa, y le quedará la marca.  



viernes, 8 de febrero de 2013

Estoy muy contenta de llamarme...

 ¡Me llamo Belén!
Estoy muy contenta de llamarme Belén. No conozco a mucha gente que se llame así solo a dos personas más. Es un nombre que me gusta bastante. Me llamaron Belén porque a mi madre le gustaba, sino me hubieran llamado Valentina o Marina pero los dos acababan en -tina o -ina y la perra de mis abuelos se llamaba Tina así que se pondría confundir. 
Belén es un nombre hebreo (bet léhem) que significa Casa del Pan. Su origen es proveniente de la ciudad de Belén, donde nació Jesucristo. 
Algunos de mis abuelos, o a veces mis padres, me llaman de forma cariñosa Beli, aunque a mi no es que me guste mucho, pero lo acepto para ser amable. 
Mis amigos siempre me han llamado por mi nombre completo, pero cuando era pequeña me molestaba mucho que me cantaran la canción de: Belén, Belén, campanas de Belén... Me tenían harta, pero con el tiempo lo fuí aceptando y ya no me enfada.
Así que pienso que mi nobre es muy bonito, maravilloso y, ¡PERFECTO PARA MI!

La ortografía no falla nunca

Ese día, no lo olvidaré nunca.
Pasó una tarde de Abril, el 26, para ser exactos. Yo llegaba del instituto y como siempre, antes de entrar a casa, miraba el buzón del correo; por si habían cartas para mi, pero todas solían ser para mis padres. Aunque esa tarde fue diferente, vi una carta que no ponía para quien era y tampoco quien la enviaba. Entré en casa, y decidí abrirla.
Era de un chico llamado Álvaro, le escribia a su hermano Víctor. Era una carta conmovedora, aunque se había equivocado de destinatario. Por lo que decía la carta, el chico era joven, entre 14 y 16 años. Decía que vivía en la misma ciudad que yo, en una casa grande, un poco lejos de la mía. Quería conocer a aquel chico, principalmente por su ortografía...tenía una letra maravillosa, suave, cálida, perfecta, sin ni una falta y de forma totalmente brillante y llamativa. También por la forma en la que le hablaba a su hermano, escojía las palabras exactas para escribir lo que pensaba.
Así que fuí a su casa, piqué y pregunte por Álvaro. Me atendió él mismo y me dejó pasar a tomar algo. Le expliqué lo sucedido con la carta, y empezamos a hablar, me dijo que tenía 15 años, uno más que yo, y que como sus padres estaban separados, él vivía con su padre y su hermano pequeño con su madre. Nos hicimos muy amigos, quedábamos después del instituto, y al cabo de seis meses ya estabamos saliendo juntos. 
Hoy hace doce años que somos pareja.